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En 1975, las Naciones Unidas comenzaron a celebrar el Día Internacional de la Mujer, ocasión en que elogiamos los logros alcanzados por las mujeres, y en 1977 lo reconocieron oficialmente en una resolución en que se pedía un Día de las Naciones Unidas para la Mujer y la Paz Internacional.

El tema de este año es “Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la COVID-19”. Hemos sido testigos de los heroicos esfuerzos que han realizado las mujeres en la lucha contra la pandemia mundial, desde dirigentes mundiales en Etiopía, Finlandia, Alemania, Islandia y Nueva Zelanda entre muchas otras que han sido ejemplares en la gestión de la respuesta a la crisis sanitaria y en mantener a sus ciudadanas y ciudadanos seguros e informados, hasta las trabajadoras esenciales en los hospitales, en las tiendas de comestibles y en las tierras de cultivo, pasando por las madres y cuidadoras y educadoras que manejan responsabilidades profesionales y personales, incluido el aprendizaje remoto de las niñas y los niños. Cualquier líder le dirá que no llegó a donde está –ni permanece en ese puesto– debido exclusivamente a su esfuerzo. A lo largo del camino la apoyaron otras que abrieron las puertas por las que pasaron y fueron dando forma a los peldaños que subieron, y cuando las mujeres son líderes, las comunidades se hacen mejores y más fuertes, más equitativas y más justas. 

En más de 150 países, las mujeres del UNFPA trabajan todos los días para cumplir el mandato de que cada embarazo sea deseado, cada parto sea seguro y cada joven alcance su potencial. Hay una trabajadora de extensión de planificación familiar que se asegura de que el acceso de las mujeres a los anticonceptivos se mantenga ininterrumpido en tiempos de la COVID-19. Hay una partera que arriesga su salud para facilitar la llegada de un bebé al mundo. Hay una consejera o trabajadora de un refugio que ayuda a una sobreviviente de violencia de género, y una capacitadora de habilidades para la vida que educa a las niñas para que eviten el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina, inculcándoles la conciencia de su derecho a la autonomía corporal, que normará las decisiones que tomen por sí mismas en el futuro. Esas niñas son nuestras futuras líderes. " Una mujer que no tome conciencia de su autonomía corporal puede enfrentar barreras que le veden la igualdad a lo largo de su vida y que socaven la gama de derechos y opciones necesarias para convertirse en líder", declaró la Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA. "Por eso debemos asegurar que las mujeres aprendan habilidades y accedan a oportunidades para liderar, y que puedan desarrollarse sobre una base firme de autonomía corporal".

El Día celebra los logros de las mujeres, incluido el apoyo que permite a otras mujeres alcanzar sus propios objetivos.

En caso de que se pregunte, ¿por qué el 8 de marzo? La fecha está relacionada con las protestas de 1917 en Rusia, cuando se concedió a las mujeres el derecho de voto. Las protestas comenzaron el 23 de febrero en el calendario juliano, que Rusia observaba entonces, y correspondió al 8 de marzo en el calendario gregoriano, utilizado hoy en gran parte del mundo.