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Mensaje de la Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA, por el día mundial de la lucha contra el SIDA 2017

Cada nueva infección por VIH es una infección de más, en el año 2016 se registraron 1.8 millones de ellas.
Al adoptar los Objetivos del Desarrollo Sostenible, la comunidad internacional se comprometió a poner fin al SIDA para el año 2030. Pero esto únicamente será posible si garantizamos el derecho a la salud de todas las personas.
 
Este derecho se ve amenazado cada vez que las personas enfrentan estigma y discriminación, lo mismo que cada vez que enfrentan la falta de información, servicios y representación. El estigma y la discriminación, que continúan existiendo en todas las comunidades del mundo, juegan un papel particularmente importante en la continuación de la transmisión del VIH.
 
Cuando las adolescentes carecen de autonomía sobre sus cuerpos, cuando no pueden evitar que las obliguen a casarse mientras aún son niñas o no pueden protegerse en contra del VIH, otras infecciones de transmisión sexual o embarazos no planeados, se le niega su derecho a la salud.
 
Una consecuencia de lo anterior son los alarmantes e inaceptables índices de nuevas infecciones por VIH entre las mujeres jóvenes y adolescentes, de manera particular en África. Cada vez que los jóvenes se encuentran con prestadores de servicios de salud y otras barreras culturales que de manera efectiva impiden su acceso a información y servicios, se les impide ejercer su derecho a la salud. Ahí en donde existen políticas y leyes injustas que impiden que poblaciones clave reciban servicios, o cada vez que se denuesta a los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, las personas
transgénero y las personas que consumen drogas, se obstaculiza el ejercicio de su derecho a la salud y se contribuye a la prevalencia del VIH.
 
La mayoría de las personas marginadas y excluidas en la sociedad a menudo deciden permanecer ocultas por razones de seguridad personal o debido al rechazo anticipado, ya que consideran que esta es la mejor manera de vivir una vida libre de violencia.
 
Pero a menudo eso significa que se les niega el acceso a formas de prevención que salvan vidas, lo mismo que a diagnóstico y tratamiento.
 
UNFPA, el Fondo de Población de las Naciones Unidas, se ha sumado a ONUSIDA, a través del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA, para encabezar la Coalición Global para la Prevención del VIH, que trabaja conjuntamente con gobiernos, comunidades y socios para potenciar los esfuerzos en materia de prevención en las poblaciones y los países más afectados.
 
Estamos trabajando juntos para empoderar y proteger a nuestros jóvenes con conocimiento a través de la educación. Estamos apoyando a comunidades vulnerables y a poblaciones clave para facilitar su acceso a servicios con un enfoque basado en los derechos, además de desarrollar su potencial.
 
El UNFPA hace un llamado a los gobiernos y las comunidades de modo que emprendan el camino necesario para poner fin al estigma y la discriminación como una piedra angular para garantizar el derecho a la salud para todas las personas. Debemos continuar promoviendo la inclusión y la tolerancia de tal forma que, juntos, podamos poner fin al SIDA para el año 2030.