Hoy, 11 de julio, conmemoramos el Día Mundial de la Población, una fecha para reflexionar sobre los desafíos y oportunidades que enfrentan las poblaciones del mundo y una oportunidad para reconocer la importancia de los datos demográficos y su impacto en nuestras vidas.
Hace treinta años, en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (CIPD), el mundo acordó poner a las personas en el centro del desarrollo, lo que inspiró un progreso significativo en el acceso de las mujeres a la atención reproductiva, la reducción de la mortalidad materna y el avance hacia la igualdad de género. Los datos forman un capítulo completo del Programa de Acción de la CIPD, y son los que impulsan estos avances.
Desde 1994, muchas iniciativas se han hecho eco de estas recomendaciones, incluido el llamamiento del Secretario General de la ONU a una "revolución de datos", que equipara a los países con los sistemas de datos necesarios para rastrear y lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Las mejoras en la recopilación y el análisis de datos, así como en la tecnología, han aumentado la disponibilidad de información más completa y precisa en las últimas tres décadas, permitiendo a las sociedades de todo el mundo medir y lograr objetivos relacionados con la buena salud y el cumplimiento de los derechos y las opciones.
En Ecuador, estamos viviendo una transición demográfica significativa, caracterizada por una serie de cambios:
- Descenso sostenido de la mortalidad: Gracias a mejoras en salud, educación y condiciones de vida, menos personas fallecen prematuramente. La tasa de mortalidad infantil ha disminuido considerablemente, pasando de 21.8 por cada 1,000 nacidos vivos en 1990 a 8.6 en 2022. La esperanza de vida también ha aumentado notablemente, de 47.3 años en 1950 a 77.4 años en 2024 para ambos sexos.
- Cambios en las causas de defunción: Las principales causas de muerte han cambiado con el tiempo. En 1997, las enfermedades respiratorias y cerebrovasculares eran las más comunes. En la actualidad, las enfermedades isquémicas del corazón y la diabetes mellitus lideran la lista.
- Caída de la fecundidad: Las familias ecuatorianas ahora tienen menos hijos. En 1950, el promedio era de 6.38 hijos por mujer; hoy es menos de 2.
Las mejoras en la recopilación de datos también han expuesto brechas, las comunidades más marginadas del mundo han sido en gran medida excluidas del progreso. La desigualdad en el acceso a la atención en salud está creciendo, tanto dentro de los países como entre ellos. Los avances para prevenir muertes maternas evitables se han estancado desde 2016. En un mundo cada vez más impredecible, los datos fiables e inclusivos son más importantes que nunca y deben utilizarse como una herramienta para promover el progreso para todos.
Los cambios demográficos en Ecuador también presentan desafíos y oportunidades:
- Envejecimiento poblacional: Con una población que vive más tiempo y tiene menos hijos, hay una necesidad creciente de políticas que aseguren el bienestar y la seguridad de los adultos mayores.
- Menos nacimientos: Menos nacimientos significan menos jóvenes en el futuro. Es necesario invertir en educación y oportunidades para que la juventud de hoy pueda sostener el desarrollo del mañana.
- Necesidad de políticas públicas inclusivas y sostenibles: La resiliencia demográfica nos impulsa a adaptarnos. Se requieren políticas que aborden estos cambios y promuevan el bienestar de todas las generaciones.
El Día Mundial de la Población 2024 ofrece la oportunidad no solo de celebrar las mejoras en la recolección y análisis de información, sino también de preguntarse: ¿Estamos haciendo las preguntas correctas? ¿Es segura la recolección de nuestros datos para todas las personas? ¿Quién sigue sin ser contado y sin ser tenido en cuenta?
Este es un momento importante para hacer estas preguntas, ya que la mitad del mundo irá a las urnas en 2024 y las ansiedades sobre el cambio demográfico y las tendencias, a menudo alimentadas por la desinformación, están dando forma a las plataformas políticas y afectando al electorado. En lugar de recurrir al miedo, debemos responder profundizando en los datos y utilizando una mejor recolección y análisis de los mismos para crear sociedades y sistemas más inclusivos y resilientes.
Las experiencias vividas de las personas nunca pueden resumirse en una sola estadística, ni pueden reducirse a datos. Por el contrario, la humanidad representa una colección #8MilMillones de esperanzas y deseos, y sólo contando a las personas tal como son, en toda su diversidad, podremos cumplir plenamente con el llamado a la acción de la CIPD: la creación de un futuro pacífico y próspero en el que todos puedan gozar de derechos y opciones.