Para algunas personas, la menstruación es una función natural del ciclo reproductivo que se da sin incovenientes, sin embargo, para otras, la menstruación puede equiparse con el abuso (el inicio de la menstruación puede indicar que una niña está preparada para el matrimonio y la maternidad, aunque ella siga siendo una niña); estigma; oportunidades perdidas (abandonar la escuela debido al dolor, malestar y/o falta de productos de higiene personal); y pérdida de dignidad (falta de suministros e instalaciones sanitarias en entornos humanitarios, donde incluso lo básico, como el jabón y el agua, es escaso o simplemente no está disponible). 

La menstruación es un tema de derechos humanos que en muchos casos refleja una disminución de oportunidades y desarrollo. Las crisis humanitarias, la pobreza extrema y las tradiciones nocivas pueden convertir a la menstruación en una etapa de estigma y privaciones que limitan los derechos humanos de las personas. La falta de espacios seguros para la higiene menstrual, los costos de los insumos sanitarios para la menstruación y la escasez de medicamentos para tratar el dolor menstrual además pueden contribuir a elevar las tasas de ausentismo escolar.

UNFPA Ecuador entre sus iniciativas para apoyar la salud y dignidad menstrual, durante las emergencias y situaciones humanitarias, como el terremoto del 2016, las crisis de movilidad humana o la emergencia sanitaria por la pandemia por COVID-19, ha provisto de kits con artículos básicos de higiene femenina como toallas higiénicas, jabón y ropa interior; además entrega información importante sobre salud sexual y reproductiva y prevención de la violencia basada en género a sectores priorizados del país con las mayores desigualdades.

El Día de la Salud e Higiene Menstrual se establece el 28 de mayo porque los ciclos menstruales tienen una duración media de 28 días y las personas menstrúan cinco días al mes como promedio, y mayo es el quinto mes del año. En este día se busca presentar a la menstruación como un proceso biológico natural, para que las personas menstrúen sin ser repudiadas o excluidas, sin sentir miedo ni vergüenza y sin ser tratadas de manera inferior o estar expuestas a más vulnerabilidades. Asimismo, se quiere concienciar sobre la pobreza del periodo o la incapacidad para costear los suministros menstruales necesarios para mantener la salud e higiene con dignidad.  

La menstruación está ligada al derecho a la salud y bienestar, al derecho a la educación, al derecho al trabajo digno en iguales condiciones y sin tabúes, el derecho a la no discriminación e igualdad de género sin discriminación, el derecho al agua y saneamiento que provean espacios seguros y asequibles.

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