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En la última década, América Latina y el Caribe ha progresado modestamente en la reducción de las muertes maternas. Sin embargo, la pandemia por la COVID-19 hace peligrar estos avances e incrementado el número de muertes maternas en exceso reportadas. Miles de mujeres siguen muriendo en la región por causas prevenibles y muchas otras sufren complicaciones que afectan su salud en el largo plazo.   Estas mujeres tienen rostro:  son las mujeres indígenas, las afrodescencientes, aquellas con bajos ingresos y con menor escolaridad, son las adolescentes y las jóvenes.   Y junto a estas mujeres, que ven vulnerado su derecho a la salud y a la vida, miles de familias y comunidades sufren perdidas emocionales, sociales y económicas.   Transformar esta realidad requiere voluntad política, acciones coordinadas en distintos niveles, vinculación de nuevas voces y actores en la lucha por el acceso y la cobertura universal en salud materna y salud sexual y reproductiva, y priorización de inversiones.